Un informe de BBVA Research analiza las consecuencias que tendrá el desarrollo del vehículo autónomo (VA) para el sector asegurador, dado el carácter disruptivo de esta nueva tecnología.
Uno de los principales efectos sería una reducción de la siniestralidad. El 90% de los accidentes están causados por el factor humano, por ello en el nivel más elevado de automatización de vehículos, en el que el sistema asume a todas las tareas de la conducción bajo todas las circunstancias de la vía y ambientales, se podrían evitar hasta el 95% de los siniestros actuales. Ello reduciría el coste total de las indemnizaciones, a pesar del crecimiento del importe medio de cada accidente derivado del mayor valor que incorporan los sistemas de asistencia a la conducción. Como resultado, se prevé una reducción de las primas de seguro en Europa entre el 10% y el 30% hasta 2025, que podría causar una caída de la facturación entre 10.000 y 35.000 millones de euros. Existen otras estimaciones más pesimistas sobre los posibles impactos en la facturación del sector asegurador, según Albright et al. (2017), las pérdidas podrían alcanzar los 53.000 millones de euros en Europa en 2050. Con una eventual disminución del 90% en el futuro.
No obstante, el informe no contempla información económica de lo que supondría el surgimiento de nuevas coberturas, como, por ejemplo, seguridad cibernética, responsabilidad del producto por software y hardware, etc.
Otro de los cambios afecta al concepto mismo de responsabilidad. Una cuestión importante, pues, como destacan los autores del estudio, la asignación de la responsabilidad de un accidente no es neutral para el sector asegurador porque determinará si debe indemnizar o no un siniestro. En primer lugar se debe establecer si el responsable del accidente provocado por un coche es la marca del automóvil en cuestión, ya que garantiza su funcionamiento, o el propietario del vehículo en razón de su adquisición.
De ahí que el previsible cambio de responsabilidad legal del conductor al fabricante podría provocar que estos últimos adoptaran la función de aseguramiento propio, ya que tendrían la mejor información, lo que introduciría nuevos actores en el mercado. Algunos fabricantes, como Volvo, Mercedes y Google, han declarado que aceptarán la responsabilidad por accidentes relacionados con sus vehículos autónomos en el futuro. Por lo tanto, el negocio de seguros pasará de las pólizas de seguros personales a las pólizas de responsabilidad de vehículos comerciales
Principales impactos del vehículo autónomo en el seguro
- Se espera una reducción de la siniestralidad al eliminar el factor del error humano de la conducción, lo que podría hacer bajar el coste de las primas.
- Sin embargo, el coste de cada siniestro podría aumentar, ya que los VAs incorporan tecnologías adicionales que tienen costos elevados.
- La definición de los responsables de un siniestro requerirá la modificación del cálculo de coberturas tradicionales tal y como las conocemos actualmente (terceros, todo riesgo, etc) y del tomador del seguro. ¿pasarán a ser las empresas fabricantes o por el contrario continuará siendo el propietario del vehículo?
- La expansión de las flotas de VAs por alquiler y la posible asunción de la responsabilidad por parte del fabricante reducirá el número de primas. El aseguramiento podrá realizarse por la empresa propietaria de la flota o lo puede subcontratar a terceros. En cualquier caso, el estrechamiento del mercado podría favorecer la fusión de empresas de seguros especializadas en este ramo o el abandono de este ramo por muchas otras.
- Podrían aparecer nuevas figuras todavía no existentes. Por ejemplo una intervención del Consorcio de Compensación de Seguros para indemnizar daños cuando no es posible adjudicar al sujeto causante del siniestro. También nuevos esquemas de peritaje donde se establezca si la tecnología funcionó correctamente (posibilidad de cajas negras en los coches), etc.
- Coberturas de nuevos riesgos como los hackers informáticos o ciberterrorismo, etc.